Comenzaba el nuevo milenio...

... y no sabía que carajos me iba a deparar el futuro, había que escuchar al cabrón de Walter Mercado.

Por un lado tenía a lxs profetas de las mil-y-tantas-religiones, que empezaron a intimidar a la mitad de la población mundial con el cuento de que llegaría el Apocalipsis y que el Barbudo nos iba a mandar al infierno por no haber seguido las doctrinas de la Santísima Purísima -y no se cuántos "ísima" más- Iglesia Católica. No sé con qué cuento intimidaron los pastorcitos de otras religiones a sus respectivos rebaños, pero sin duda el mensaje fue el mismo: arrepiéntete borreguito o te cagaste.

Por otro lado, para quienes no creen en deidades celestiales o mitológicas, pero que sí creían -aunque inconscientemente- en la gran presencia y poder del "Gran Ojo" actual tecnológico; el Internet, que les deparaba una posible desgracia peor que las anunciadas por las religiones: el virus Y2K. Si llegase a suceder lo que pronosticaban lxs profetas tecnológicxs, sería el fin del mundo tecnológico de ese tiempo, todo se caotizaría y volveríamos a la Era de Piedra (según lxs más extremistas).

Al final nunca pasó nada y las religiones debieron actualizar su discurso sin dejar de lado sus intereses, mientras que la tecnología se ha hecho mucho mas omnipresente en nuestras vidas, en buen parte de muy mala manera.

Han pasado muchos años y sigo esperando que haya la oportunidad de que se concrete el verdadero Apocalipsis, de que quien caiga no seamos nosotrxs (o mejor dicho, ustedes); el "rebaño", porque hace siglos que los tienen por los suelos desde que existió la palabra tiranía... esa, esa hijueputa caerá (es mi profecía, me haré rico), así sea en el siguiente milenio.