lunes, 29 de junio de 2009

Junio...

... cuando el sol deja de ser sol,
apagado por la frialdad del otoño...

... nubes grises crean ambientes de soledad y abandono,
de la ciudad romántica con la furia fría,
marcada por la historia en sus paredes,
en las calles de los rostros extraños,
deambulantes que tienen máscaras de fortaleza...

... pero esconden sueños, fantasías...
... histerias, odios, deseos y miedos...

... miedos que limitan la evolución...
... miedos que asesinan la libertad...

... pero para el resto es tan solo una perogrullada,
que no tiene eco en un vacío ruidoso.

sábado, 27 de junio de 2009

Caída

Trepando en un carro por un camino enlodado y estrecho por el espeso páramo, nublado y con guarúas, va Azulito.

Mientras está subiendo, va mirando también abajo y mas eterno se hace el abismo... con ese terror algo enamoradizo de observarlo.

Llega finalmente a una entrada formada como arco, de color blanco. Entra, y hay una casa de campo de 2 pisos, con balcones, toda blanca la construcción rodeado de praderas verdes. Ya no hay la neblina y la guarúa del páramo. Se encuentra en la cúspide total. El lugar está totalmente soleado, casi celestial... pero hay un balcón terrestre parecido a un malecón, y Azul se acerca para ver lo que hay después del malecón. Se para en el lugar, con los brazos abiertos y observa una larga caída de cesped en diagonal, después de eso se logra ver un eterno mar de oscuridad.

De repente todo el balcón-malecón de cemento blanco se quiebra y Azul empieza a caer por la caída diagonal.

Es una caída de velocidad rápida, pero que pareciera no avanzar. Mientras cae, siente una rama en su mano y se agarra fuertemente para detener la caída... es la rama de un árbol. "¿Un árbol en una caída diagonal?" se pregunta sorprendido Azul. Y el árbol también estaba en posición diagonal. Azul mira que hay una manzana colgando de una rama cercana y la arranca para comérsela. Se la come y cuando iba a terminarla, su rama del cual se agarraba, se desprende y sigue cayendo... ahora a velocidad lenta.

Está llegando al último punto de la caída diagonal verde y vendría el abismo eterno... y entra al abismo... y cae... sigue cayendo... todo es oscuridad... ¿eterna también?... y sigue la caída... mientras va cayendo, divisa un mundo gris.

Hasta que termina cayendo en un charco de lodo. Se para y está en un cementerio, con lápidas y cruces de madera. Se da cuenta que es un pueblo pequeño de aproximadamente 20 casas, de un mundo abierto y oscuro. Y de varios rincones del cementerio, empiezan a emerger muertos... y caminan hacia Azul... quien siente la sensación de que no quieren hacerle daño... pero nunca supo si estaba en lo cierto.

domingo, 21 de junio de 2009

Intro de un ritual

Entras con tu vestido de pijama,
de los que dejan al descubierto tus hombros,
tu cuello blanco, tus piernas torneadas,
que caminan tímidamente hacia tu cama,
te acuestas y lees para no sentirte intimidada...
... y yo sentado en la silla del frente, te observo...
... y sentiste mi mirada, que te inquietó dentro de tí.

Me siento en tu cama junto a tus pies y los agarro suavemente,
me miras con ojos de sorpresa, entre confusión y excitación,
y empiezo a masajearte los pies...
... unas cosquillitas para sacarte el aire frío...
... unos masajes para relajarte...
... para empezar a sentirte poseída...
... tu mirada brillosa lo refleja.

Mis manos trepan por tus pantorrillas,
como arañas al acecho de su víctima atrapada en la red...
... van por tu rodilla, merodean un rato...
... trepan por tus piernas, suavemente...
... se acercan a su víctima, que no sale del embrujo...
... pero no la atacarán ahora, mejor la harán sufrir.

Mis uñas recorren por tus caderas quietas,
levantando de a poco tu vestido blanco,
y se detienen antes de ver el horizonte de tus senos...
... recorren mis arañas por el límite...
... y mi lengua besa tu ombligo...
... empieza a lamerlo, a jugar con tu agujerito...
... lameo hacia el norte...
... llegando al límite de tus senos.

Pero me agarras de mis cabellos fuertemente,
"No! Entrégame tus manos!",
Me miras convencida y me sueltas el moño del cabello...
... acaricias mi rostro con ternura...
... me sacas la camiseta...
... y agarro tus antebrazos, extendiéndolas, abriéndote todo tu ser.

Y te beso en tu boca,
y empiezas a morderme los labios con furia, con pasión, con ganas...
... mientras mi mano se mete por debajo de tu vestido...
... acariciando tus senos...
... dibujando alrededor de tus tetillas, apretándolas suavemente...
... y muerdes mas fuerte mis labios, y yo también.

Me pongo detrás de tu gloria,
con mi nariz oliéndote a manzanilla,
y mi mano intrusa, soberbia,
que pasa por debajo de tu calzón...
... siente tu vagina húmeda...
... mis dedos empieza a rozar tu clítoris...
... tu cuerpo se tensa, pegas tu cabeza contra la almohada...
... "maldito... no pares".

Sientes mi verga que está erecta contra tu culo,
te volteas y metes tu mano debajo de mi pantalón,
para manosearme...
... y me empiezas a masturbar con desesperación...
... mientras yo te quito el calzón...
... paseo mi lengua por tu culo...
... y me sirvo un cevichazo (1) contigo...
... empiezas a jadear, mientras te embriago de deseo...
... para liberar tu lado salvaje,
que empiezas a chuparme la verga como tu chupete de fresa,
que ya empiezas a embriagarme también, bella animal.

Pero seré yo, la droga que recorre tu sangre,
el que te llevará de la locura a la demencia,
te cambio con violencia rápida de posición,
para rozar mi verga por tu vagina...
... pero no profanaré todavía tu templo...
... estás en trance...
... sigo rozando...
... ya no soportas, que quieres terminar el intro y empezar el acto...
... "penétrame ya".

(1) Sexo oral en jerga ecuatoriana.

jueves, 18 de junio de 2009

La vida es un sueño

En una noche en Buenos Aires, con un cielo que parece incendiarse, Azul está en medio de una batalla callejera, de rockers y punks que tiran piedras y molotovs al ejército de policías robocops. La horda negra busca la forma de incendiar el Congreso que les queda muy cerca, sorteando y armando barricadas. Pero hay una emboscada policial, donde Azul es agarrado por los robocops y es trepado a una camioneta policial que arranca rápidamente del sitio.

En el balde de la camioneta (del porte de 3 colchones) estaban una vieja, dos desconocidos y un oficial.

- Deben ir presos todos esos cabeza de gallina, copian la basura inglesa -dice el oficial.

- ¿Por tener crestas? -pregunta Azul.

- Si, es inglés -responde el oficial.

- Cojudo! Si las crestas la tenían primero los indios norteamericanos y también los mongoles -dice Azul.

- Respetalo que es un alto oficial! -la vieja sale defendiendo al oficial.

- Já! -sarcástico el Azulito.

- Bájenlo! -se escucha la orden.

Lo dos desconocidos agarran a Azul, lo tiran a la calle y la camioneta se va rápidamente .

Azul ahora se encuentra en una avenida oscura y con nieblas, todavía en la noche, y siente que le queda cerca la vieja escuela y camina hacia donde le lleva el instinto. Mientras camina, su celular suena, lo abre y lee mensaje que dice: "no vayas que no te lo voy a pagar".

En ese momento se encontraba por un camino que era de piedras y árboles a los costados, con unas casas altas. Quiere irse del lugar, de la ciudad, a otro mundo, y se va caminando por donde le lleve el camino. Rato después, llega a un puente largo que estaba algo nublado, fantasmagórico, no se podía ver dónde terminaba el puente, no se ve tierra al otro lado, pareciera que ese puente llevara hacia un abismo. Así que Azul se queda haciendo autostop a la entrada del puente.

Se acerca un bus gigantesco de color blanco, se detiene, abre la puerta trasera y Azul sube. Todo el espacio interior del bus asemejaba a un salón de clases, con paredes blancas, pero los asientos eran como los del cine, también blancos. Sin embargo estaba oscuro todo el espacio. A unos 7 metros, se encontraba el chofer conduciendo, pero no lo mira a Azul, solamente se concentra en manejar.

Azul mira a su derecha y estaba un chico de pelo corto. Se quedan conversando un rato, mediante señas. Luego el chico señala al chofer, como indicándole a Azul que vaya hacia el chofer. Azul va, sorteando por entre los asientos, ya que no había pasillo para ir adonde el chofer. Llega adonde el chófer y éste lo mira, y asiente la cabeza. Luego le indica con la mano a Azul que se siente frente al parabrisa del bus al costado derecho.

Azul observa el recorrido que va realizando el bus. Van llegando a un camino muy estrecho y luego a la izquierda, a menos de un metro, tienen un muro bien alto de rocas, mientras que a la derecha, también a menos de un metro, estaba el acantilado y las olas marinas que chocaban fuertemente y las aguas llegaban al camino. Raramente las olas balanceaban al bus, que no se detenía en su camino.

Después de superar el "peligro", el bus llega a una playa ancha, muy tropical con sus palmeras y todo. Azul se baja del bus, camina por la playa y se sienta en la arena, mirando a Mar, mientras el bus ya ha desaparecido. Ya no hay oscuridad, ni nieblas, ahora la noche está iluminada de estrellas.

viernes, 5 de junio de 2009

Los Nadie...

... aquellos tiempos en las calles de Santiago de Chile, cuando la rabia contenida de Los Nadie empiezan a expresarse en las calles.