jueves, 18 de junio de 2009

La vida es un sueño

En una noche en Buenos Aires, con un cielo que parece incendiarse, Azul está en medio de una batalla callejera, de rockers y punks que tiran piedras y molotovs al ejército de policías robocops. La horda negra busca la forma de incendiar el Congreso que les queda muy cerca, sorteando y armando barricadas. Pero hay una emboscada policial, donde Azul es agarrado por los robocops y es trepado a una camioneta policial que arranca rápidamente del sitio.

En el balde de la camioneta (del porte de 3 colchones) estaban una vieja, dos desconocidos y un oficial.

- Deben ir presos todos esos cabeza de gallina, copian la basura inglesa -dice el oficial.

- ¿Por tener crestas? -pregunta Azul.

- Si, es inglés -responde el oficial.

- Cojudo! Si las crestas la tenían primero los indios norteamericanos y también los mongoles -dice Azul.

- Respetalo que es un alto oficial! -la vieja sale defendiendo al oficial.

- Já! -sarcástico el Azulito.

- Bájenlo! -se escucha la orden.

Lo dos desconocidos agarran a Azul, lo tiran a la calle y la camioneta se va rápidamente .

Azul ahora se encuentra en una avenida oscura y con nieblas, todavía en la noche, y siente que le queda cerca la vieja escuela y camina hacia donde le lleva el instinto. Mientras camina, su celular suena, lo abre y lee mensaje que dice: "no vayas que no te lo voy a pagar".

En ese momento se encontraba por un camino que era de piedras y árboles a los costados, con unas casas altas. Quiere irse del lugar, de la ciudad, a otro mundo, y se va caminando por donde le lleve el camino. Rato después, llega a un puente largo que estaba algo nublado, fantasmagórico, no se podía ver dónde terminaba el puente, no se ve tierra al otro lado, pareciera que ese puente llevara hacia un abismo. Así que Azul se queda haciendo autostop a la entrada del puente.

Se acerca un bus gigantesco de color blanco, se detiene, abre la puerta trasera y Azul sube. Todo el espacio interior del bus asemejaba a un salón de clases, con paredes blancas, pero los asientos eran como los del cine, también blancos. Sin embargo estaba oscuro todo el espacio. A unos 7 metros, se encontraba el chofer conduciendo, pero no lo mira a Azul, solamente se concentra en manejar.

Azul mira a su derecha y estaba un chico de pelo corto. Se quedan conversando un rato, mediante señas. Luego el chico señala al chofer, como indicándole a Azul que vaya hacia el chofer. Azul va, sorteando por entre los asientos, ya que no había pasillo para ir adonde el chofer. Llega adonde el chófer y éste lo mira, y asiente la cabeza. Luego le indica con la mano a Azul que se siente frente al parabrisa del bus al costado derecho.

Azul observa el recorrido que va realizando el bus. Van llegando a un camino muy estrecho y luego a la izquierda, a menos de un metro, tienen un muro bien alto de rocas, mientras que a la derecha, también a menos de un metro, estaba el acantilado y las olas marinas que chocaban fuertemente y las aguas llegaban al camino. Raramente las olas balanceaban al bus, que no se detenía en su camino.

Después de superar el "peligro", el bus llega a una playa ancha, muy tropical con sus palmeras y todo. Azul se baja del bus, camina por la playa y se sienta en la arena, mirando a Mar, mientras el bus ya ha desaparecido. Ya no hay oscuridad, ni nieblas, ahora la noche está iluminada de estrellas.

3 comentarios:

  1. heey no te conocía ese lado tan imaginativo..
    m mm ke extraños momentos oníricos jjeje.. me gusta!
    ssaludox!

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  2. Curioso...
    Esa noche me recuerda a cierto lugar en mi mente que soñé y plasmé en letras =)
    Asociaciones libres, no más.

    Azul libre, cuídate!

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  3. acabo de recordar el libro OPIO EN LAS NUBES, tiene un lenguaje callejero, sin descuidar la calidad y sus recursos...

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