Barcos

Esos momentos en que estamos tratando de despertar y no sabemos qué hacer, vienen esos momentos en que queremos sentirnos (sin darnos cuenta) como un barquito de papel, que quedó sin hilo que lo ate luego de la explosión del muelle de la ensoñación, ese hilo que lo tenía atado para que no se aventure en el Océano Inesperado. Pero por otro lado, hay barquitos que no cumplen su función: la de navegar y vivir aventuras, simplemente quedando para la fotografía... ¡y es que siempre son las mismas fotos de la misma huevada, la putamadre! No encontrarás la originalidad, así le busques su mejor ángulo, porque simplemente ES ESTATICO, y para dejar esa etapa, tenemos que conocer LO QUE NO ES. Incluso hay barquitos que luego de que se les reventó la teta, perdón, quise decir el muelle... bueno, y que en vez de lanzarse y navegar por la belleza de la incertidumbre, ¡prefieren es quedarse encallados en la playa los muy hijueputas! Y una vez que encallaste, no saldrás de ahí. A lo mucho tendrán que reventarte otra vez y que quedes esparcido por el Océano, pero quizás ya no sea lo mismo al haberte fragmentado y tendrás que volver a recoger las piezas perdidas del rompecabezas que habías armado. Recuerda barco de acero encallado: que mientras más le huyas a tu destino y/o karma, más te perseguirá éste hasta que experimentes lo que eres, así te toque a la maldita sea.