lunes, 9 de julio de 2012

Un toquecito siempre es necesario

A veces creo que no me puedo considerar un escritor, sino alguien que escribe desde la simpleza de mi vida, de la cual voy descubriendo cada vez más cosas, simples como la vida misma. Alguna vez creí que la vida era compleja, pero en realidad mi mente era la compleja por tratar de buscarle la quinta pata al gato y no sentir lo simple de todo. Y bueno, yo, como alguien que escribe, intento no escribir cosas demasiados complejas, de esas que a la mente humana le encanta hurgar y seguirse llenando de ruidos dentro de su cabeza que le terminan confundiendo más. Siento que lo que escribo, estas expresiones simples, nace cuando escucho a mi interior, y mi interior siempre tiene todas las respuestas; incluso antes de que mi mente haga la pregunta, ya tengo la respuesta de antemano, respuesta salida de cuando le paro bola a mi interior. Sin embargo ahora también me pongo a pensar -mind everywhere-, que luego de haber escrito algo simple, aparecen las ganas que querer maquillar a esta muchacha bonita (lo simple que haya nacido de mi), adornarla y presentarla como una modelo de pasarela al público, que busca ganarse el reconocimiento tan solo para alimentar el ego y querer producir más y más, para seguir alimentando ese ego y buscar la gloria, que es simplemente otra bulla mental. Y seré sincero, hay momentos en que no puedo evitar maquillar algo que podría perder la esencia bajo la cual me nació, por eso trato de que la mente no me use y luego viva de sus adicciones, sino convertirla en un instrumento de creación más y poder darle un equilibrio, una evolución a esta esencia mía.

Me permito hacer una recomendación, primero para mí mismo (y también a quien la necesite): es muy difícil callar a la bulla, así que no hay porqué matarse el coco en silenciarla, puedes empeorar y buscar distracciones idiotas para la mente. Algo que me ha funcionado mucho es el tacto (sentir y no pensar/esperar el resultado): con el propio cuerpo, con el agua, un árbol, los gatos, la brisa... en fin, el tacto con la naturaleza supera a la ficción de la mente... wow! empiezo escribiendo de una cosa y termino en otra, solamente me dejé fluir.

(MENTE MODO ON: pensar un título correcto para esta escritura)

Qué ejemplo que nos dan los gatos, nótese la carita de cómo disfruta el tacto, solo siente y no piensa.

1 comentario:

  1. Tus escritos siempre me hacen dar cuenta de muchas cosas, que a falta de experiencia no logro deducir. Gracias Pan!

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