Correr sobre catacumbas milenarias,
perseguido por la ansiedad,
de no saber qué podría pasar
al final de la travesía.
Con gotas y martillos,
tantas escapatorias fallidas
y al final lo logro:
un nómada junto al cantar de los pájaros,
por las grandes estepas de la locura,
solo para llegar a tu fuente,
elixir de la vida,
beberte, absorberte y sentir.
Después, no importa si el mundo se seca,
que no nos jale a su miseria,
¿para qué perder por ellos?
mejor quiero perderme en el sentir.
Ven, nos queda mucho por recorrer,
rompamos ese miedo refugiado tras las rocas
y desbordemos el mundo que nos quedará.
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